La historia de Kuka y de los gatos de L'Escala (Catalunya)

 

 

Verano 2001 en Costa Brava

Hola amigos, soy Kuka.

Tengo que contaros muchas cosas que ocurren en Montgó, una urbanización del pueblo de l'Escala (Cataluña). Nací hace unos cinco meses en este horrible lugar. Mi madre no fue esterilizada y tuvo hijos, entre ellos, yo. Cuando empecé a darme cuenta del mundo, un día seguí a mi madre para buscar comida. Me encontré en un lugar donde había más congéneres comiendo y metí la cabeza en el plato.

Alguien me agarró por detrás y me metió en una jaula. Era una de nuestras cuidadoras. Me llevó a su casa para salvarme de la miseria. Estaba enferma y aterrorizada pero hoy ya estoy bien. Sufro, sin embargo, por los que allì se quedaron desamparados.

Allí, casi nadie nos quiere. Nos apalean, nos envenenan, nos atropellan, nos apedrean, nos disparan perdigones, nos destrozan nuestros escondites y un sinfín de torturas. Había unos tamarindos al lado de una casita que cubría una uralita y un buen dia vinieron a cortarlos unos hombres que hablaban suizo y catalán. Al cabo de unos dias destruyeron lo que quedaba a mazazos creando una gran desolación.

	Muchos gatos han sido alcanzados por balines y otros por piedras de niños y mayores. Todos se han quedado tan panchos y muy satisfechos de sus fechorias porque saben que las leyes no se aplican ni en L'Escala ni en Cataluña.
En este lugar hay una furgoneta blanca que conduce una malvada que persigue a los gatos para atropellarlos. A veces se sube hasta la acera y los aplasta contra la pared. Otros se quedan en la calzada con la espalda partida y hay que sacrificarlos. Gatas esterilizadas no han sobrevivido dos meses y paga que pagará s al veterinario para nada. La calle no es un lugar para protegernos. Hay gente que allì abandona camadas enteras.
	Unas pocas personas pagan siempre para que nosotros estemos mejor. Ahora Anubis Grup pretende hacer un refugio fuera de L'Escala, pero no encuentra ayuda económica de ninguna institución catalana. Sólo podemos contar con los sòcios.
Los animales humanos no paran de pedir derechos, pero no conceden ninguno a otros seres vivos, los animales. La violencia de los niños nos hace temer el futuro. Los aplausos de sus padres son un gran peligro. El ayuntamiento de L'Escala nos ha declarado la guerra. Cualquier sistema es bueno para quitarnos del medio. Haceros socios de Anubis Grup y la vida os recompensará por vuestra humanidad y justicia. Kuka